La bestia humana

La bestia humana

El ambiente ferroviario sirve de marco incomparable a una película agobiante, en la que la vida de de los protagonistas parece ir sobre railes condenados a llegar a la estación que no quieren llegar.

El protagonista, Jean Gabin, conduce su locomotora con pasión, como una prolongación de sí mismo. Casi podemos afirmar que es su vida, su locomotora, discurriendo por railes, surcando el tiempo y con personajes que entran y salen.

Desvíos inoportunos, anecdóticos, en la vida de una persona obligan a subirse en el mismo tren que el fatalismo, que el destino.

La estación es la Le Havre construida en 1855 y famosa en novelas de Zola. A lo largo de la película como extraordinarios secundarios de lujo aparecerán, andenes, estaciones, vias, desvíos, locomotoras, puentes .....



Ficha técnica

TÍTULO ORIGINAL: La bête humaine
AÑO: 1938    
PAÍS: Francia     
DIRECTOR: Jean Renoir
GUIÓN: Jean Renoir (Novela: Emile Zola)
MÚSICA: Joseph Kosma
FOTOGRAFÍA: Curt Courant (B&W)
REPARTO: Jean Gabin, Simone Simon, Fernand Ledoux, Julien Carette, Blanchette Brunoy, Jean Renoir
PRODUCTORA: Paris Film
GÉNERO: Drama | Melodrama

Sinopsis
Inspirada en la novela homónima de E. Zola. El maquinista de tren Lantier (Jean Gabin) es un hombre solitario marcado por el estigma hereditario de la locura. No puede reprimir su misoginia y su trato con las mujeres es muy violento. Solo es feliz mientras conduce su locomotora que cubre el trayecto desde Le Havre hasta París. Su gran error será hacerse amante de Sévérine (Simone Simon), que querría inducirlo a matar a su marido. (FILMAFFINITY)


Otros comentarios de interés:

Lo que en principio parece un argumento de cine negro en toda regla, se convierte en un auténtico drama, debido al enfoque que Renoir le da a la historia, no apartándose ni un sólo instante de ese carácter naturalista que impregnó toda su obra, pero quizá siéndolo aquí más que nunca, lo cual le da al film una esencia única, convirtiéndolo casi en una rareza con un poder de fascinación literalmente impresionante. Es imposible no entrar en la historia ni en su atmósfera, y no sentirse embriagados por ella. A ello ayuda, por supuesto, el tratamiento que el director le da a todos sus personajes, enormemente ricos en matices, ocurriendo algo insólito en cierta medida: llegamos a simpatizar con todos. De esa forma, Renoir nos acerca más a sus desgracias, y llegado el momento de la verdad sentimos con ellos todo lo que les ocurre. (Blog de cine)


El filme de Renoir añade algo muy importante a la novela. En él se concitan los dos grandes símbolos de la contemporaneidad occidental: el tren y el cine; la máquina en su más alta expresión mecánica. El mundo ferroviario como marco de una historia hondamente pasional, contada desde el punto de vista de uno de los cineastas más entusiastas de la Historia. Por lo tanto, la pasión como elemento que impregna todo, como cedazo que condiciona el tormentoso argumento novelístico del filme y el agudo ingenio cinematográfico del cineasta. (Miradas de cine)

.... el film se estructura de manera circular, principia y termina no sólo con sendos trayectos en tren, sino con un prólogo y su consecuente epílogo que clausuran por completo el relato trágico de un destino fatal, pero es que desde que el tren arriba a la estación todo el andamiaje narrativo se articula de esta singular manera..... (misterioso objeto al mediodía)

Estación de Le Havre

Y un trailer sobre la película, vale la pena echarle un vistazo, trenes, vias, desvíos, andenes, estaciones, puentes....


Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...